sábado, 1 de febrero de 2014

FUNDACIÓN DE ATENAS



Tras la fundación de la actual Atenas, sus habitantes debían decidir que Dios iba a ser su protector y pensaron en Atenea y en mí. 

Para convencerles acordamos que cada uno haría un regalo a los atenienses y que éstos elegirían el que prefiriesen. Yo golpeé el suelo con mi poderoso tridente haciendo brotar una fuente, que les dio agua cristalina para beber y para sus cultivos mientras que Atenea ofreció un seco olivo.





Los atenienses (o mejor dicho su rey, Cécrope) escogieron el olivo y con él a Atenea como patrona, ya que prefirieron la madera y el aceite.

Tras esto me enfurecí por la derrota, pero este hecho no quedo sin perdón...

Por ello envié una monstruosa inundación a la llanura ática, castigando así a los atenienses. La depresión hecha por mi tridente y llena de agua marina estaba rodeada por la entrada norte del Erecteión, permaneciendo abierta al cielo.

Pero luego perdoné a Atenas convirtiéndola en una importante potencia marítima, llegando a derrotar a la flota persa en la batalla de Salamina. Nuestro concurso fue el tema de relieves en el frontón oeste del Partenón, la primera vista que tenía el visitante cuando llegaba.